09 octubre 2007

Una vez mas ETA lo intenta y falla en su objetivo.


Hoy por desgracia hemos echado una mirada a un pasado que creíamos superado. Cuando pasaba el mediodía recibía una llamada alertándome de que un coche ardía en el barrio bilbaíno de La Peña fruto de un atentado terrorista. He de reconocer que cuando salí del Ayuntamiento de Bilbao las noticias eran muy confusas y las especulaciones corrían por las redacciones de los medios de comunicación fruto de la inmediatez.
A medida que llegaba al lugar de la explosión, vi una estela de humo que presagiaba algo que me recordaba a otros momentos y que alertaba mi subconsciente de que lo que me encontraría en la calle no iba a ser plato de buen gusto. Al llegar a la escena del atentado, me encontré con los bomberos apagando las llamas del fuego de varios vehículos que habían sido afectados por el incendio y a la Ertzaintza que estaba haciendo su labor de acordonamiento de la zona alertando a los transeúntes del hecho ocurrido. Por suerte, uno de los Ertzaintzas allí destacados, me tranquiliza con la aclaración de que la persona que conducía el vehiculo había salido por su propio pie, lo que despeja, casi por completo, las dudas luctuosas que algunos medios de comunicación estaban trasladando a la opinión publica. En unos minutos que se me hicieron horas y dando la vuelta a la manzana, me reuní con un montón de ciudadanos del barrio, que junto con representantes políticos y de los medios de comunicación conformaban una masa de gente expectante ante lo sucedido y el despliegue policial habitual en estos casos. Las noticias seguían siendo inciertas a pesar de las dudas despejadas en mi anterior encuentro, pero tengo que decir, que con cierta lógica ante este despropósito, es obvio que la alerta de todos nosotros este más que justificada. La resultante final de todo ésto, es que tras la visita de la zona del atentado, mis compañeros y yo nos dirigimos al hospital de Cruces donde algunos de nosotros hemos estado con los médicos y familiares de la persona atacada y las noticias vuelven a ser halagüeñas, por lo que la alegría contenida es ya patente en todos nosotros. Una vez mas ETA lo intenta y falla en su objetivo.